El momento de la transición

La importancia de dejar ir a nuestros seres queridos para que no se queden atrapados en este plano de existencia.

No es fácil dejarlo todo atrás. Dejar el cuerpo, la familia, nuestra vida. No recordamos que ocurre después de dejar nuestro traje en la Tierra. Tenemos miedo, sentimos mucha confusión. Y si todo termina aquí como me voy a dejar ir. El estar aquí es lo conocido, lo familiar. Aunque nadie me vea, me escuche o me hable. Que voy a hacer si me marcho de aquí. No los voy a volver a ver.

No dejamos de existir, seguimos siendo nosotros. Pura Luz. Sólo cambiamos de forma. Nos quitamos el traje que tanto nos limita y volvemos a nuestro estado natural de Pura Luz. Sin límites, cien por cien Puro Amor.

Nuestra vida como almas sigue, lo único que ocurre es que termina este viaje. Y volvemos a casa, a descansar. Volvemos a la Luz. Y desde allí, si queremos, podemos volver a viajar con un traje nuevo.

No debemos retener a nuestros seres queridos. Ya no son nuestros, nunca lo han  sido. Son nuestros compañeros de viaje. Su camino aquí terminó. Se merecen vivir con total libertad. Sin ataduras ni sufrimiento. Estar en esta dimensión tan densa sin cuerpo es muy complicado y doloroso.

Necesitan elevarse para dejar atrás esta experiencia, que no es más que un viaje en nuestro camino. Y volver a casa. Y allí nos volveremos a encontrar. Aunque parezca una eternidad, en la dimensión de la luz sólo será un instante. El tiempo suficiente para que se puedan recuperar y nosotros vivamos plenamente la experiencia de vivir la vida. Con la tranquilidad de que por fin están en casa.

 

“De ti vengo, y a ti vuelvo” Akal: Eterno… Yo descanso en tus brazos, Padre, Madre, desde mi primer aliento, hasta el último. Soy tuyo.

Snatam Kaur.

Comparte el artículo!