Cambio

Queremos cambiar si no hay riesgo, y eso es imposible. Esa condición —-el que no haya riesgo— imposibilita el cambio, porque todo ha de estar en juego, solo entonces es posible el cambio.

 

El cambio no puede ser parcial. O es o no es… únicamente puede ser total. De modo que la decisión radica entre ser o no ser. Es un salto, no un proceso gradual. Si de verdad estáis hartos de la vida que habéis llevado, si estáis realmente hartos de los viejos patrones que habéis repetido constantemente, entonces no hay problema.

Es fácil, muy fácil, si existe la comprensión de que habéis estado llevando una vida que no ha valido gran cosa, que no os ha aportado nada, que nunca os ha permitido florecer.

No se trata de una cuestión de reconocimiento mundano. La gente puede pensar que habéis tenido éxito, que poseéis todas las cualidades que envidian, pero esa no es la cuestión. En lo más hondo de vuestro ser sentís que estáis estancados, helados, encogidos, como si ya os hallarais muertos, como si algo se hubiera cerrado. El sabor de la vida, la poesía y el flujo, la canción, han desaparecido, y la fragancia ya no está. Seguís adelante porque tenéis que hacerlo. ¿Qué otra alternativa hay? Ya casi parecéis víctimas de las circunstancias, del azar, como una marioneta, sin saber lo que hacéis, adónde vais, de dónde venís, quiénes sois.

Si de verdad pensáis que este ha sido el caso, entonces no hay problema… el cambio es muy fácil. Se trata de un fenómeno tan espontáneo que no es necesario hacer nada al respecto; su sola comprensión aporta el cambio. La comprensión es una revolución radical, y no existe otra revolución.

OSHO

El hecho de ser consciente de tu insatisfacción personal, de no sentirte realizado, de que algo te falta, que ya no tienes ni la chispa ni la ilusión. Que te dejas llevar sin vivir el  momento, que te mueves por el impulso de las responsabilidades y obligaciones. Que ya no te sientes vivo por dentro. El hecho de ser consciente de ello ya te lleva al cambio, ya te impulsa a moverte. Es tu alma que te habla, te susurra desde hace tiempo y ahora ya se hace presente.

Escucha tu alma, sus susurros que cada vez son más fuertes, ella es la luz en tu camino, la guía en tu camino. Deja que te muestre el camino, la manera de hacer el cambio, para reconectarte contigo mismo y con tus necesidades reales. No lo que crees que necesitas sino lo que realmente necesitas, y eso solo lo podrás saber escuchando la voz de tu alma. Ahí está todo.

Y en las pequeñas cosas, en los pequeños momentos y instantes, en los que disfrutas, y te permites vivir, sentir, gozar, ahí podrás escuchar la voz de tu alma. El cambio no es romper con todo lo que eres, o tienes, o quieres, el cambio empieza con vivir y disfrutar de esos pequeños momentos en los que eres tu, simplemente tu, como un niño pequeño viendo la vida por primera vez, con curiosidad, alegría e ilusión. Disfrutando de cada instante como si fuese la primera vez. Y entonces te conectarás de nueva con tu esencia y se abrirán las puertas hacia ese cambio que hará que te sientas más realizado, que vuelvas a ser tu.

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