(…) Las medicinas y los alimentos ejercen una acción química decisiva sobre la sangre y los tejidos. Así como sabemos que la comida produce un determinado efecto sobre el organismo, ¿por qué negar que las medicinas y otras ayudas materiales también lo hacen? Sin embargo, resultan útiles siempre que lo que prevalezca en el hombre sea la conciencia material. Y también tienen sus limitaciones, porque son aplicadas desde el exterior. Los mejores métodos son aquellos que favorecen que la energía vital recupere sus actividades curadores internas.

PARAMAHANSA YOGANANDA.

… nos hemos vuelto impulsivos y autómatas, siempre queriendo agradar desde el exterior, creando un universo de estrés y diversas patologías, transformándonos en una sociedad enferma y  adicta a la medicación y así bloqueamos nuestra esencia interna (Ser).

Hay un puente entre nuestra parte interna y externa que se llama PRANA (la energía vital), es el espíritu  de la vida en nosotros y en nuestro alrededor, obtenemos el Prana a través del aire en cada respiración que aplicamos, normalmente de forma automática e inconsciente. El Prana hace que tus cuerpos espirituales y mentales funcionen.

La respiración guía el Prana dándote sabiduría y conocimiento “cuando te falta sabiduría, respira”, respira conscientemente y obtendrás todas las respuestas.
Cambiar desde dentro, para vivir una vida equilibrada y feliz, debería ser una prioridad en el ser humano.

Respira conscientemente. Esto significa que inhales tan largo y profundo como puedas y exhales tanto como puedas. Esta respiración te traerá radiancia para vivir una vida en perfecta armonía, entre la dualidad de esta existencia.

Es una ley muy simple, cuanto más prana consumas, una vida más saludable llegará a ti. Se conciencia, vive conscientemente.
No queremos crear un concepto de lo que es correcto o no lo es, simplemente crear conciencia y reflexión.

SAT NAM.

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