LOS PRINCIPIOS UNIVERSALES (primera parte)

El Universo se rige por nueve leyes, las Leyes Universales, por tanto nos rigen a nosotros y se manifiestan en nuestra vida cotidiana, puesto que formamos parte del Cosmos, somos una célula del Universo.

El Cosmos es global, es una Unidad conexa con todas y cada una de las partes, y somos parte de Él. Esto quiere decir que un pequeño fragmento (Microcosmos) contiene toda la información de una parte mayor (Macrocosmos), que una pequeña célula contiene la información del Todo.

Esto nos ayuda a entender al ser humano. Si comprendemos la naturaleza del Universo nos comprenderemos a nosotros mismos. Nos alinearemos con el Cosmos y conectaremos con nuestro Yo Verdadero, que está más allá del tiempo y del espacio.

El poder armonizarse con las Leyes Universales nos ayudará a encontrar un equilibrio interno, a expandir nuestra conciencia asumiendo nuestro destino, a través de la compresión profunda de las leyes que regulan y rigen la vida y sus acciones.

Hoy hablaremos de tres de ellos:

  1. El Principio de Género.
  2. El Principio de Causación.
  3. El Principio de Correspondencia.

El Principio de Género.

Está activo en todo. Cada cosa, cada persona contiene en su interior energía masculina (yang) y energía femenina (yin). Está en todas las cosas. Lo importante es la integración de las dos energías, la masculina (del Universo) de naturaleza yang, y la femenina (de la Madre Tierra) de naturaleza yin. Algunos de nosotros expresaremos más nuestra condición masculina o femenina en función de la energía que nos predomina. El objetivo es crear un equilibrio entre las dos energías para así poder integrarlas.

La capacidad de percibir viene con el aspecto masculino del ser y la capacidad de responder viene con el aspecto femenino.

El Principio de Género o dualidad domina todas las estructuras: electrón-protón, masculino-femenino, Sol-Luna, Cielo-Tierra…

La energía masculina hace que las cosas sucedan y la energía femenina deja que las cosas sucedan.

El Principio de Causación.

Toda causa tiene su efecto. Todo efecto tiene su causa. Es el principio de acción-reacción. Cada pensamiento, palabra, emoción o acción tendrá sus consecuencias directas o indirectas. Un acontecimiento da lugar a otro, es una cadena. Hablaríamos aquí del concepto del karma a través de la filosofía hindú. Una mala obra hoy da origen a un mal efecto mañana.

Todo empieza en la mente, con un pensamiento o emoción. El poder creador de la mente. El poder materializador de la mente. Por eso es muy importante pensar con conciencia, sentir con conciencia, hablar con conciencia y actuar con conciencia.

El Principio de Correspondencia.

Como es arriba es abajo. Como es abajo es arriba. Todo tiene su reflejo en todas las demás cosas. Si queremos conocer al Universo, conozcámonos a nosotros mismos. Todo está en nuestro interior. Dentro de cada forma existe el potencial de las demás. Todo tiene su reflejo en todas las demás cosas.

Los pies reflejan todo el cuerpo. La Tradición China dice, desde hace miles de años, que los pies, manos y cabeza se corresponden con los órganos internos. Que unos son espejos de los otros. La reflexología podal nos dice que distintos órganos internos tienen su “reflejo” en distintas zonas de las plantas de los pies. El electrón se mueve alrededor del núcleo igual que la órbita de los planetas. Los ciclos vitales del cuerpo se corresponden con los ciclos lunares. Somos el reflejo del Universo.

“La clave de este principio es la idea de que en el Cosmos todo está interconectado, que cada cosa refleja todas las demás cosas” Gaston Saint- Pierre.

Siendo consciente de ello fijémonos en la importancia de que yo me reflejo en ti y tú te reflejas en mí. De que todos somos uno y que todos venimos del Todo.  Que todos somos luz. Cuando lo sientas en tu corazón, cuando conectes con tu luz, con tu alma y sientas la luz en los demás, se producirá la gran metamorfosis en tu vida.

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